Dan inicio a Taller de Poesía en cárcel de mujeres de Talca

Con el objetivo de fomentar la literatura y la lectura se dio inicio al taller de poesía en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Femenino (CPF) Talca dictado por la profesora Silvia Rodríguez. En la oportunidad, las autoridades compartieron con las 15 usuarias participantes del taller, cuya duración será de cuatro meses en esta etapa, pero la iniciativa se extenderá por cuatro años.

La Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, María Pía Soler Mouliat, les dio la bienvenida y las invitó a motivarse con este proyecto que culminará en la publicación de un libro “Motivarlas, incentivarlas, estamos muy comprometidos, trabajando junto a la reinserción social +R (…) Una de las cosas que nos pidió el presidente Sebastian Piñera es que la cultura es un derecho de todos” detalló.

Por su parte, Gendarmería a través de la Alcaide, Teniente Coronel Atenea Crisosto destacó que es importante entregar una nueva oportunidad a las usuarias y agradeció la iniciativa “Ellas son mujeres preparadas, mujeres que se fortalecen estando acá. No porque ellas hayan cometido un delito, la sociedad las debe castigar doblemente” explicó.

Para finalizar, la Seremi de la Mujer y Equidad de Género, Andrea Obrador Ricchiuti,  destacó el talento que existe y la necesidad de inclusión “Es muy importante incorporar cada vez más el rol que cumplen las mujeres, en este caso privadas de libertad, que ellas necesitan mucho,  mucho apoyo de nuestra sociedad que se acerquen y le entreguen estas instancias donde se fomente la cultura y la lectura (…) Ellas ni siquiera se dan cuenta que tienen los talentos y los tienen, pero para eso hay que darles las oportunidades”  enfatizó.

Entre las usuarias que participará de este taller, está María José Sepúlveda, para quien es una oportunidad de buscar nuevas oportunidades “Nos ayuda a hacer cosas nuevas, a salir un poco del encierro, encuentro muy bueno lo que están haciendo. Me gusta leer, escribir algo y estaría bueno escribir un libro”. Lo mismo comparte su compañera de módulo, Francisca Pérez, quien confiesa que le gusta escribir cartas, y dice que el que su trabajo termine en un libro “es un orgullo”.