Columna publicada el lunes 23 de marzo 2020 en diario El Mercurio:
La crisis que vivimos como país a raíz del Coronavirus nos plantea múltiples desafíos. Entre ellos están cumplir con la cuarentena preventiva para evitar la propagación del contagio y la implementación del teletrabajo, que implican acondicionar nuestro día a día y el de nuestras familias para quedarnos en nuestras casas. Pese a lo difícil, ambas medidas apuntan a proteger nuestra salud y la de todos, sin embargo, para un segmento de nuestra población este encierro puede ser doblemente complejo y significa también un riesgo.
La violencia contra la mujer no conoce de cuarentenas. Las mujeres que son víctimas de todo tipo de violencia podrían verse más expuestas a ésta porque permanecerán mayor tiempo con las parejas que las agreden, muchas veces en espacios reducidos y con la presencia de niños y niñas que podrían ser testigos y víctimas de ella.
Un estudio de caracterización del femicidio en Chile, encargado recientemente por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, evidencia que tanto los femicidios frustrados como consumados ocurren con más frecuencia en la noche y madrugada de los fines de semana, cuando hay mayor convivencia y presencia de otros factores como droga y alcohol.
La experiencia internacional señala que el aislamiento puede generar estrés, síntomas de depresión, ira y ansiedad, efectos que pueden asociarse con un incremento en los casos de violencia doméstica. Como evidencia tenemos el caso de China, en donde se han reportado el doble de casos de violencia desde el inicio de la cuarentena. El 90% de las denuncias recibidas se vinculan a ésta, lo cual también nos alerta respecto a agresiones que pueden ocurrir por primera vez en los hogares, siendo la cuarentena su detonador.
Como Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, sabemos que esta realidad tiene angustiadas a muchas mujeres, y que lo importante para ellas es saber que no estarán solas en esta emergencia. Es por eso que implementamos un plan de contingencia que evaluamos constantemente para reforzar nuestra capacidad de atención. Aumentamos los turnos del fono de orientación 1455 para mujeres víctimas de agresión, como también estamos ajustando otras modalidades, porque sabemos que en la convivencia puede ser difícil realizar un llamado. Junto con eso, hay coordinación con las organizaciones públicas que intervienen en los protocolos de violencia para monitorear su labor. También ajustamos la atención de los 109 Centros de la Mujer para poder comunicarnos por el momento de manera online o telefónica.
Pero en esto la prevención es clave, muchas mujeres podrían ser víctimas de violencia doméstica por primera vez y tenemos que concientizar que existen distintos tipos de agresión, ninguno aceptable ni justificable. Reiteramos la importancia de reforzar la corresponsabilidad en el cuidado de niños y adultos en estos momentos de tensión; así enseñamos que todas las personas merecen el mismo respeto y evitamos perpetuar una sociedad donde unos se sienten con derechos sobre otros, incluso con el de quitarles la vida.
Enfrentamos la violencia reforzando nuestras redes, pero los necesitamos a todos. Hacemos el llamado a que el entorno de las mujeres se involucre; que esté atento y se oriente. Su apoyo es clave para prevenir y evitar que la violencia se vuelva también un virus.
Ministra (s) de la Mujer y la Equidad de Género, Carolina Cuevas.