Fortalecer la agenda continental de género, promover la participación de organizaciones feministas, contribuir a mejorar la vida de millones de mujeres y niñas y no retroceder en los avances ya alcanzados por las mujeres, son algunos de los objetivos que planteó Chile para postular a la vicepresidencia de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA), que entre el 25 y 26 de mayo desarrolló su 39 Asamblea de Delegadas en la Ciudad de Panamá, con la participación de las Ministras de la Mujer y/o las más altas autoridades de género de los 34 países del continente que componen la OEA.
Al término del encuentro se votó la nueva directiva del organismo, reñida elección en la que hubo más postulantes que puestos disponibles y en la que se escogió a Chile con 17 votos a favor para ocupar durante los próximos tres años la vicepresidencia de esta instancia.
La ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, valoró la posición que ahora toma el país en uno de los organismos internacionales más importantes para la región. “La Comisión Interamericana de mujeres fue una conquista del movimiento sufragista continental, fue fundada en 1928 antes de que las mujeres chilenas pudiéramos siquiera votar y por lo tanto para nosotras era muy importante tener presencia a través de una de las vicepresidencias, para así cumplir un rol de cuidar a nuestro continente de retrocesos”, dijo.
A lo anterior agregó que “sabemos que en muchos de los problemas que tienen las mujeres en Chile hoy, hay factores que son comunes en todo el continente: la violencia, la crisis de los cuidados y también la necesidad de garantizar los derechos sexuales y reproductivos. Lo que hemos hecho aquí es fortalecer la mirada de que cuando se ponen en duda nuestros derechos en un país, eso inmediatamente tiene repercusiones en otro y por lo tanto necesitamos estar firmes y coordinadas a nivel interamericano para defender lo que ya son derechos ya sentados en el sistema internacional y que aún nos falta por cumplir”.
En tanto la secretaria ejecutiva de la CIM y máxima autoridad de género de la OEA, Alejandra Mora Mora, evaluó de manera positiva el ingreso de Chile a la directiva de la CIM y el camino que está tomando en temas relacionados a mujer y la equidad de género.
“Estamos orgullosas de tener al país que tiene como bandera la paridad, la igualdad, que tiene las estrategias de género, que está avanzando en materia de cuidados. Todo esto es parte y coincide con la agenda (regional), y en este sentido, la CIM será una ventana para que Chile pueda dar cuenta de lo que está haciendo, ponerlo como buena práctica y desde la multilateralidad ser un motor de cambio en lo nacional”, dijo.
La Presidencia de la CIM la obtuvo el país anfitrión, Panamá. “Las desigualdades de género que persisten en nuestros países nos obligan a una acción urgente”, dijo en su discurso la ministra de la Mujer, María Inés Castillo, recalcando la importancia de seguir avanzando en estas materias.
Historia de la CIM
La Asamblea de Delegadas de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la OEA es la instancia internacional que cada tres años reúne a las ministras de la mujer del continente para para examinar y definir los temas de la agenda de género y debatir soluciones políticas para el mejoramiento de la vida de las mujeres y las niñas en el continente.
La CIM nace del movimiento sufragista de mujeres de EEUU en 1928. Dentro de sus conquistas está la Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer, que en 1933 buscaba que las mujeres mantuvieran su propia nacionalidad en caso de matrimonio con un hombre de otra nacionalidad, y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres “Convención Belem do Pará”, que en 1994 se convirtió en el primer tratado internacional del mundo en esta materia y que ha sido modelo para otras convenciones similares como la Convención de Estambul, en Europa.
En su versión número 39 tuvo como eje central el fortalecimiento de alianzas y articulaciones para asegurar que las mujeres y el enfoque de género estén en el centro de la recuperación económica post-COVID19.