- La titular de la cartera participó este viernes en la presentación de un análisis de la Fundación Todo Mejora a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género.
- Una de las conclusiones más relevantes de este análisis indica que las personas LGBTIQ+ tienen peores indicadores de bienestar emocional respecto a quienes se declaran heterosexuales cisgénero.
Hasta el Auditorio HubColunga llegó este viernes la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana Guarello, para participar del análisis realizado por Todo Mejora a la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género 2022-2023 (ENSSEX).
Con más de 20 mil personas entrevistadas, este estudio -elaborado por el Ministerio de Salud- busca conocer las características de salud, sexualidad y género de la población chilena, para la diseñar e implementar políticas públicas acordes en la materia.
En el marco del día del Día del Orgullo 2024, el equipo de Innovación Social de la fundación Todo Mejora presentó un análisis a dicho instrumento, el cual tuvo como misión caracterizar al 6,6% de la población nacional que se siente parte de la comunidad LGBTIQA+, buscando conocer sus experiencias y necesidades en materia de salud y sexualidad, para seguir impulsando políticas que mejoren su calidad de vida.
“Estas cifras muestran un cambio cultural muy profundo. Nos falta mucho por avanzar, pero no hay que dejar de mirar lo que ha pasado en los últimos 15 años en nuestro país. Y uno de los desafíos que tenemos es consagrar el acceso igualitario a los derechos. Las personas de la comunidad LGTBIQ+ no quieren derechos especiales, quieren acceder a seguridad, quieren a salud, a trabajo, a educación, lo que pasa es que tienen barreras distintas y por eso tenemos que desarrollar estrategias aparte, en lo cual estamos trabajando con cada uno de los ministerios correspondientes”, sostuvo la ministra Orellana.
El evento también contó con la participación de la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli; además de la asistencia de más de 60 personas entre académicos y diversas organizaciones de la comunidad LGBTIQA+
La subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, destacó los avances en materia de aceptación social hacia las personas de la diversidad sexo genérica, revelados en el análisis de Todo Mejora. Sin embargo, puntualizó que uno de los mayores desafíos que tienen como Gobierno se relaciona con el mejoramiento de los indicadores de salud mental. “Quienes pertenecen a la comunidad LGBTIQA+, tienen una mayor exposición a experiencias de violencia, de discriminación y de acoso callejero. Eso explica los indicadores desfavorables en términos de salud mental”, indica.
Además, agregó que “una de las cosas que más llama la atención es que, mientras un 1% de la población general en Chile reporta intento de suicidio; ese porcentaje oscila entre un 36 y 56% en la población trans. De aquellos, cerca de un 70% ha declarado que ese intento ocurre antes de los 19 años. Es por eso que se hace urgente avanzar en medidas de protección de la salud mental para la diversidad sexo genérica y, en particular, para personas trans o género no binario”.
¿Qué datos reveló el análisis de Todo Mejora?
De acuerdo a la investigación realizada por el equipo de Todo Mejora a la ENSSEX, existen diferencias significativas en la manera en que la población LGBTIQA+ y la heterosexual y cisgénero (HCE), experimentan aspectos de salud y sexualidad.
Una de las conclusiones más relevantes indica que las personas LGBTIQA+ tienen peores indicadores de bienestar emocional respecto a individuos heterosexuales cisgénero (HCE). Por ejemplo, el 58,9% de quienes pertenecen a la comunidad presentan síntomas de ansiedad o depresión, lo cual difiere del 45,6% observado en la población HCE.
Algo similar sucede con la sintomatología depresiva, donde un 24,5% de las personas LGBTIQA+ exhiben dichos signos, una cifra significativamente superior al 15,5% de quienes se identifican como HCE. Sin embargo, uno de los datos más alarmantes tiene que ver con la ideación suicida, donde un 31,9% de la población LGBTIQA+ ha considerado esta alternativa en el último año, subrayando la necesidad de diseñar e implementar políticas públicas específicas para abordar dichos desafíos.
En cuanto a la educación sexual recibida en colegios y escuelas, el análisis señala que el 54,2% de las personas LGBTIQ+ evalúa negativamente el conocimiento proporcionado por sus docentes.
Finalmente, la investigación desarrollada por Todo Mejora destaca una transformación cultural en la manera en que las personas miran, aceptan y respetan la diversidad de género en sus espacios familiares. Y es que el sondeo reveló que un 80,6% de los encuestados aceptaría a su hijo o hija en caso de ser lesbiana, gay o bisexual; mientras que un 77,0% lo haría si fuera trans.