- Organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, el evento -desarrollado entre el 16 y 17 de junio- se centró en abordar los distintos Sistemas de Cuidado Integrales existentes en la región, para generar alianzas entre países y dar resolución a los desafíos en esta materia.
Durante la jornada de este martes y miércoles, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, participó en el Diálogo Regional de Política 2024, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Guatemala. Un evento cuyo objetivo fue poner en diálogo las diversas políticas de cuidado existentes en América Latina y el Caribe, con el fin de fortalecer los sistemas integrales de atención, y promover el bienestar, y la equidad de género para las mujeres e impulsar la economía en la región.
La instancia contó con la participación de 52 representantes de 18 países de América Latina y el Caribe, incluyendo funcionarios clave de los ministerios de Desarrollo Social, Salud y Asuntos de la Mujer, entre otros. Ahí, los diversos actores evaluaron los avances y desafíos en cuanto a la implementación de Sistemas de Cuidado Integral, discutiendo opciones de financiamiento y mejoras en términos de gobernanza. Además, fomentaron la creación de alianzas estratégicas entre países para fortalecer la cooperación transfronteriza y mejorar así estos servicios públicos la región.
En ese contexto, la ministra Orellana presentó la experiencia chilena en el panel denominado Liderando los cuidados: perspectivas políticas, avances y desafíos, que además contó con la exposición de Cindy Hernández, ministra de la Condición de la Mujer en Costa Rica; y Nadine Gasman, presidenta de INMUJERES en México.
En su ponencia, la secretaria de Estado destacó diversas iniciativas que se están impulsando desde Chile Cuida para reconocer y valorar este trabajo, tales como la Política Nacional de Apoyos y Cuidados y la implementación de los Centros Comunitarios de Cuidados. Además, señaló que “durante los últimos 15 años, los Gobiernos han aprobado una serie de acuerdos imprescindibles para el diseño e implementación de políticas de cuidados. Y es desde ahí que valoramos profundamente los esfuerzos que hace la comunidad internacional por apoyar el trabajo de los distintos Estados, además del intercambio de experiencias y buenas prácticas en la región”.
En cuanto a los principales desafíos que nuestro país enfrenta al momento de implementar este tipo de programas, Orellana destacó la necesidad urgente de un cambio cultural para modificar las percepciones negativas y asegurar que se valore plenamente el trabajo de cuidados, promoviendo así una distribución equitativa de estas responsabilidades. “Reconocer, reducir, redistribuir, remunerar y representar el trabajo de cuidados requerirá un amplio consenso social y una significativa inversión fiscal, así como años de consolidación institucional”, sostuvo.
A ese reto, se suma la necesidad de asegurar la aprobación del proyecto de ley que establece el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, que ingresó en junio al Congreso. En este contexto, la ministra subrayó la importancia de que la comunidad que recibe y proporciona cuidados reconozca estas normativas como beneficiosas para su bienestar, ante lo cual destacó los esfuerzos del Gobierno por trabajar de manera colaborativa con dichas personas, asegurando políticas adecuadas a sus necesidades.
“Avanzar hacia una corresponsabilidad social en los cuidados es imperativo para lograr una igualdad sustantiva. Esto significa abordar la división sexual del trabajo y cuestionar la injusta organización social de los cuidados. Sin este cambio estructural, no podremos alcanzar verdaderamente la igualdad de género ni garantizar el bienestar equitativo de toda la población”, finalizó.